Sin duda alguna, las
cosas que importan en la vida, difícilmente las aprendemos de un libro.
Tuve a lo largo de
mi vida grandes maestros, con ellos aprendí las mas curiosas y misteriosas
ciencias y conocimientos, más nadie me enseño a vivir.
Vivir, concepto
curioso, hay quien cree que no se aprende a vivir, se vivé y ya está, mienten.
Todo sea porque vivir y existir, sean realidades totalmente paralelas. Vivir es
respirar, sentir, compartir, y no dejar de soñar hasta ser capaces volar. Vivir
es todo, antes de ser recuerdo.
"…Todo antes de ser recuerdo", los
griegos opinaban que había 2 formas de vivir. Vive para que el mundo te
recuerde, o para que aquellos que estuvieron a tu alrededor estén orgullosos de
ti, para que la dicha reine en tu familia, y tu progenie no olvide que fuiste
alguien grande. No se si los griegos tenían razón, más si que la primera opción
de nada vale sino con la segunda.
Hay gente que
necesita motivos para vivir, cuando sin duda la vida no debe ser
únicamente
fin, sino además causa.
Me gusta la gente que da gracias por estar
viva, la gente que labra su futuro
día a
día, y envejece con dignidad, mirando a la muerte exclusivamente como el
descanso tras haber cumplido todas sus metas, personas simples, sencillas, con
hambre de mundo y corazón de Héroes
No temo a la
muerte, se que ya estoy preparado para
afrontar cualquier reto, tropezar y caer, no son ahora más que estadios en la
vida de toda persona, lecciones
que no
deben sino de hacernos fuertes. Los Grandes acontecimientos son los que marcan
nuestras vidas, y he aquí el punto clave, los que nos hacen aprender. De las
grandes tragedias aprendí que
de nada
vale vivir sino para compartir, para hacer reír a los demás, para amar y que no
es sino esta la única forma de conseguir ser amado y querido, al tiempo que
forjar un recuerdo lo suficientemente fuerte, como para que nadie que estuviera
cerca de ti se olvide de quien eras.
Sencillo, humilde,
honrado, capaz de cualquier cosa por hacerme sonreír, ese era mi maestro, un
hombre cuyo tesoro más preciado era de color rojo, y bombeaba constantemente
sin parar, todo fuera porque aún había personas a las que ayudar.
Mi maestro era Agricultor, y dime Dios que no
es sino mi abuelo el ídolo de quien tanto aprendí y al que aún hoy necesito.
Es hoy el día de los
Héroes,
el día de los ídolos, el día que
desde hace ya nueve meses , me empuja a ser a cada momento mejor persona, el día de
las personas que marcaron mi vida, y me dejaron la herencia más valiosa que
pueda existir, el día en que se fue la persona que me enseño a vivir.
Un
héroe , un Ídolo, un Agricultor. Mi Abuelo