He visto unos ojos, pero no unos ojos cualesquiera, sino unos ojos azules, unos ojos azules que le permiten a uno perderse en la inmensidad, y que nos permiten imaginarnos una gran cantidad de paisajes maravillosos, llevando nuestra mente a lugares remotos y desconocidos por nosotros mismos, a los que solo podemos llegar mediante el uso de lo imaginario o como yo prefiero denominarlo, lo mágico.
Y no hablo de unos ojos corrientes, les hablo de lo que posiblemente haya sido una de las cosas más bellas que yo haya visto, unos ojos perfectamente armónicos con su portadora, unos ojos en los que cada lagrima parece una cascada, unos ojos que solo merecen cerrarse por el ataque de una sonrisa.
Muchos pensaran que debo estar loco para escribir un artículo que solo hable de ojos, pero espero que entiendan que es una imagen que no olvidare nunca, porque solo necesito unos segundos para que la imagen de una joven cuyos ojos azules, semblantes al color del mar una vez ha pasado la tormenta, es decir preciosos, me ataque y me impulse a reflexionar sobre que tendrán aquellos ojos que los hace tan prefectos.
Sinceramente no se que fue, no se si fue su mirada dulce , su sonrisa perfectamente coordinada con una mirada sincera en el fondo de sus ojos, la expresividad de los mismos, su capacidad para llevarme a otros mundos, o simplemente el aprecio que le tengo a aquella joven que me regalo una de las mas bellas y perfectas imágenes que yo haya podido contemplar.
Soy daltónico, y aún así doy gracias al sino por permitirme disfrutar de aquella imagen , nunca antes me habia fijado en los ojos de nadie, pero estos ojos eran ...en fin unos ojos azules
(13/7/2011) Los ojos son el reflejo del alma